Facebook o la delgada línea entre la censura y el decoro en internet

Muchos han sido los problemas con los que Facebook ha tenido que lidiar en los últimos tiempos: los errores en las métricas de sus vídeos, las fake news, las críticas a sus algoritmos y la censura.

Este último elemento es quizá el de mayor magnitud y es que, desde que se produjeran algunos trágicos sucesos en la plataforma, el debate sobre cómo la red social puede y debe controlar sus fronteras virtuales ha sido constante.

La plataforma de Zuckerberg ha sido testigo en varias ocasiones de asesinatos o suicidios bien a través de su servicio normal o de sus vídeos en directo en Facebook Live.

Un último caso ha reabierto la polémica. Se trata de un hombre que retransmitió en directo el asesinato, de un disparo, de un anciano en las calles de Cleveland (Ohio) asegurando además que había matado a otras 12 personas responsabilizando de sus actos a su ex novia.

Al tratarse el vídeo de una emisión en directo, el control de su difusión es prácticamente nulo, un hecho que agrava todavía más la situación de la que se han hecho eco cientos de medios en todo el mundo y los usuarios de redes sociales haciendo que el vídeo se hiciese viral de manera inmediata.

Facebook, por su parte, tardó 3 horas en retirar el vídeo de la plataforma, y han salido al paso de la controversia asegurando: “no permitimos este tipo de contenido en Facebook. Trabajamos duro para tener un entorno seguro en Facebook, y colaboramos con los cuerpos de seguridad en emergencias en las que hay amenazas directas a la seguridad física”.

Así, aunque se han reafirmado, en numerosas ocasiones, en su arduo trabajo para acabar con la información falsa y el contenido inapropiado que circula por sus fronteras digitales, parece que el trabajo de la compañía al menos de momento, no está dando sus frutos.

No obstante, resulta paradójico que en otras ocasiones la red social sí ha ejercido un férreo control sobre sus contenidos censurando, por ejemplo, fotografías de pechos femeninos cuando no existía connotación sexual alguna.

Sin embargo, cada vez son más y más frecuentes casos de este tipo que muestran en toda su plenitud la cara más oscura del mundo digital y que sacan a relucir lo difícil de mantener el equilibrio entre la libertad por la que se caracteriza internet y la necesidad de establecer un control sin caer en la censura.